martes, 5 de noviembre de 2013

Caracoles

Muchos piensan que es un alimento relativamente moderno, pero consta que ya en la época de los romanos se habilitaban huertos especiales para su desarrollo, para así después comerlos.

La carne de caracol aporta prácticamente la totalidad de aminoácidos necesarios en la alimentación humana.
Además son bajos en calorías, con poca grasa y un alto nivel de proteínas.
No obstante, una mala limpieza, una mala condimentación al cocinarlos o los caracoles silvestres (por su dieta variada de plantas y hongos) pueden provocar malos sabores e incluso indigestión. Por ello son recomendables los caracoles criados en cautividad, consiguiendo así mejores ejemplares, más grandes y de mejor sabor

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