La lima es un cítrico que a lo largo de los años ha sido usado en tratamientos naturales causando mejoras en dolencias que los medicamentos nunca habían conseguido.
El zumo y el aceite de lima son
muy beneficiosos para la piel si se aplican externamente ya que rejuvenece la
piel, manteniendo su brillo, protegiéndola de infecciones y reduciendo los
olores corporales. Si en cada baño que nos damos añadimos unas gotitas de zumo
o aceite de lima en el agua nuestra piel mejorará visiblemente.
La lima actúa positivamente sobre
el aparato digestivo comenzando por la
boca y es que al aportar vitamina C previene e incluso cura problemas bucales. Además
debido a su acidez facilita la digestión de macromoléculas alimenticias desde
el primer momento y su contenido en flavonoides estimula la secreción de jugos gástricos
biliares y pancreáticos.
El aceite que se extrae de la
lima contiene alcanfor usado para elaborar diferentes tipos de inhaladores. Con
machacar una corteza de lima e inhalarla conseguiremos que esa incomoda
congestiones propia de constipados desaparezca.
Finalmente destacar que el zumo
de lima es un excelente aperitivo. Ayuda a curar la artritis, el reumatismo, el
cáncer de colon y próstata, el cólera, la arteriosclerosis, la diabetes, las
fatigas, los trastornos cardíacos, entre otros. Al contrario de las creencias
populares, reduce las fiebres altas. Todo ello sin efectos colaterales.
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